Si nosotras nos ponemos en feministas rabiosas, estamos haciendo lo mismo que hicieron los hombres pero al revés y entonces en lugar de hacer un avance o un progreso, lo único que hacemos es modificar el género.
Nos gustaría que le contaras a nuestra comunidad de emprendedoras como se te ocurrió crear AIME (Asociación Iberoamericana de Mujeres Empresarias), cuando todavía la cuestión de la mujer empresaria no estaba tan instalado como en la actualidad.
Me casé muy joven, a los 19 años, y los primeros años de mi vida los dediqué a mi familia, hasta que los chicos empezaron a ir a colegio de doble escolaridad y yo me sentía una leona rabiosa entre las cuatro paredes de mi casa, sin saber qué hacer. Entonces empecé a trabajar en recursos humanos de una empresa. Después de un tiempo creé mi propia empresa de recursos humanos, avanzando en la implementación de normas de calidad para las pymes.
En un momento, me llaman los directivos de la Cámara Argentina de Comercio en España para que recibiera a unas mujeres que querían hacer un Congreso en ese país. Me reuní con ellas y me pareció muy interesante lo que estaban planteando. Se fueron muy complacidas y al poco tiempo recibo un sobre con sellos y pancartas en donde me nombraban Representarte del Congreso para toda América. Verdaderamente me sorprendí, nunca había participado de un Congreso y no sabía cómo hacerlo.
Al plantear mis dudas a los organizadores de la Cámara de Comercio me responden que no me preocupara y para que no me sintiera mal podía ir con 4 o 5 amigas. Entonces me pregunte: ¿“pero este no es un Congreso de empresarias”? Entonces hice un click. Sentí que los organizadores tenían una mirada discriminatoria para las mujeres. Sentí que al pedirme que fuera con amigas como una invitación a una reunión social estaban descalificando lo que era profesionalmente. A partir de ahí dije ‘acá hay algo que no funciona’.
En ese momento me di cuenta que tenía que organizar una asociación que nos representara cabalmente. Al poco tiempo nació AIME.
Tiempo después fui la primera mujer Directora de la Cámara de Comercio y desde entonces trabajamos entre mujeres y para las mujeres empresarias. Hay que trabajar para ayudar a la mujer a animarse y a sumarse al mundo empresarial.
¿Cuánto crees que puede llegar a tardar hasta que se instale una igualdad de género en los negocios y las empresas?
Francamente, no lo sé con certeza. Seguramente se irá dando paulatinamente. De lo que sí estoy segura es que si se considera al hombre como un enemigo es un error. Para mí, eso es un disparate en todos los sentidos y especialmente en el mundo de los negocios.
Cuando uno hace negocios con alguien, ¿qué importa si es hombre o mujer? Nosotros por ejemplo, hacemos audiciones comerciales y ahí vienen hombres y mujeres, porque a la hora de comercializar lo relevante es el negocio a realizar. Por esa razón el mundo de los negocios en el que yo participo la discriminación suele ser poco común.
En AIME, desde hace dos años, hacemos una convergencia de mujeres empresarias con hombres que pertenecen a distintas entidades empresariales. La experiencia nos muestra que se puede convivir perfectamente aunque tengamos ideas y objetivos diferentes. Trabajamos en conjunto no sólo en beneficio de la causa de las mujeres sino también en pro del beneficio de nuestro país.
¿Qué aspirás para el futuro de las mujeres que se dedican a gestionar empresas?
La verdad, lo que se ha hecho es mucho y se ha progresado en el tema de las empresarias. Aunque a nosotras las mujeres siempre nos parece poco. Hace más de 30 años que empezamos con AIME y en ese tiempo parecía que en Argentina había sólo dos empresarias: Amalita de Fortabat y Ernestina Herrera de Noble. Cosa que no era así.
Hoy, se ha progresado de una manera fantástica, no solo en Argentina sino en el mundo en general. ¿Qué espero para el futuro? Que las mujeres podamos hacer lo mismo que los hombres.
Interesante tu última frase, ¿Qué crees que falta para que eso se logre?
Los hombres y las mujeres tenemos cualidades y defectos distintos pero nos podemos complementar perfectamente.
Creo que a veces las mujeres hacemos la misma discriminación que hacen los hombres. Si nosotras nos ponemos en feministas rabiosas, estamos haciendo lo mismo que hicieron los hombres pero al revés. En esos casos, en lugar de hacer un avance o un progreso, lo único que hacemos es modificar el género y siguen los mismos vicios y errores que cometieron los hombres en el pasado.
Cada vez hay más mujeres empresarias que tienen a su cargo hombres con los cuales trabajan y se complementan perfectamente. También es cierto que hay otras que siguen insistiendo en la disparidad, en la desigualdad, etc. y se quedan estancadas en una discusión sinsentido.
¿Cómo pueden comunicarse con vos todas las emprendedoras para informarse y capacitarse?
Se pueden poner en contacto a través de la página web de AIME y también por mail viacontacto@aime.org.ar. Ahí van a encontrar todo el asesoramiento que necesiten. Claro que por razones obvias en este momento no podemos organizar los desayunos de trabajo que veníamos haciendo en la Cámara Argentina de Comercio, pero seguimos adelante con el mismo entusiasmo y tesón que hace 20 años cuando llegamos y plantamos bandera.
Julita Maristany
Directora de la Cámara Argentina de Comercio. Presidente de la Asociación Iberoamericana de Mujeres Empresarias. Madre de 4 hijos, abuela de 12 nietos y bisabuela de 6 bisnietos.
• Fragmento del programa WexWe Emprendedoras, emitido el 15 de agosto del 2020 por Radio Rivadavia AM 630.